Sabíamos que haría mal tiempo, pero los Pupas somos así, y al final, solo es agua…
Habíamos quedado junto a la panadería de Bercedo a las 9:00 de la mañana para salir a las 9:30. Puntuales Semi, Jon y Javitxu, se prepararon sin pensárselo.
A pesar del mal tiempo que hizo durante el viaje, en las merindades de los tornos no era para tanto, aunque si se notaban unas temperaturas mas bajas que en Gama.
Viendo que nadie más se presentaría a la aventura se tomó la salida,
y Javitxu, guía de la ruta, decidió alargarla un poco con respecto a la que se suele hacer habitualmente, haciendo primero un tramo de carretera de unos 4km para entrar en calor, cosa difícil, ya que el frío viento (apenas 7°) y la lluvia hacia imposible calentar las piernas.
Dirección “los Tornos” y por carretera, los Pupas, se cruzaron con muchos bikers conocidos que iban en coche a la maratón de Medina (la mame), imagino que pensarían de los Pupas al verlos en esas condiciones…No tardaron en meterse en el monte, girando a la izquierda y comenzando a tomar altura durante un par de kilómetros, tras una parada para abrir una puerta metálica, reanudaron la marcha justo en el alto del cortafuegos que posteriormente deberían subir, y recorrieron las pista que después repetirían hasta llegar a un cruce de caminos de donde derivan todas las posibles rutas de esa zona (lugar donde pararon a hinchar la rueda pinchada de Semi que se reparó gracias al antipinchazos).
En este punto comenzaba el primero de los descensos, una rápida pista ancha con tramos de piedra suelta, profundas zanjas que la atravesaban y pequeños saltos que la hacían muy divertida.Casi llegando de nuevo a la carretera, tomaron un desvío a la izquierda, metiéndose por un sendero paralelo a la carretera (anteriormente recorrida), repleto de palos cruzados y piedras. A buen ritmo y sin problemas, los pupas llegaron al pié del cortafuegos, y aunque los tres comenzaron a subirlo a golpe de pedal, solo Semi consiguió llegar arriba montado.
Una vez reagrupados, sin mucha pausa, continuaron la ruta repitiendo la anterior pista de subida durante apenas 1km para llegar de nuevo al cruce de caminos, dejando a la izquierda la anterior bajada, continuaron de frente para tomar dirección al Cerneja. Un fuerte y frío viento azotaba en las zonas más descubiertas haciendo duro recorrer la pista durante kilómetros y kilómetros, pero la diversión de los continuos sube/bajas, las trialeras, charcos y pequeños riachuelos podían más que las difíciles condiciones del día.Por fin y bajo la imponente presencia de los gigantescos molinos de viento esparcidos por toda la cumbre de las montañas que forman el valle del Cerneja, llegaron al principio del fin… que mejor nombre para este terrible descenso, una primera parte impracticable de continua trialera con pasos imposibles y escalones de medio metro, cubierto de agua donde apenas se podía ver la profundidad de los agujeros en los cuales se metía la rueda y donde Javitxu tomó la cabeza de la expedición intentando llevar a Semi y Jon, algo más rezagado y prudente, sanos y salvos abajo.
No tardaron en llegar a la parte más complicada del descenso, donde la erosión del agua había dejado el paso imposible, los sucos de más de un metro de profundidad en algunos sitios, dejaban al descubierto las rocas en punta como cuchillos sin posibilidad de ver la trazada, así que en algunos sitios andando y en otros con un poco de maña, consiguieron dejar este tramo atrás para afrontar otro ago más ciclable, no sin que Semi, en un alarde de técnica y atrevimiento dejase un volatín para las posteridad saliendo de manos por encima del manillar sin consecuencias. Aunque la depilación “en seco” de los escajos tampoco era un terreno agradable, con cuidado se podía bajar montado y era bastante más divertido.
El ultimo tramo de descenso, más rápido, con buena tracción y zonas más ciclables fue de lo mejor del día.
Una vez abajo y tras una parada técnica, subir sillines, ver que las pastillas estaban al límite, comprobar las heridas… continuaron paralelos al río Cerneja por una pista sin apenas desnivel pero con diferentes zonas, charcos, pedregales muy entrenida y donde aumentaron el ritmo durante varios kilómetros hasta llegar al cruce del río, en esta época del año con poco agua y donde se podía ver perfectamente la trazada y cruzar sin problemas, incluso aprovecharon para lavar las bicis y quitarse el barro de encima.
De aquí, por carretera de vuelta a Bercedo con 3 horas de ruta y un frío más propio del invierno que del verano.
Jon invitó a las cervezas esta vez que acompañaron de una buena ración de pizza casera de la panadería Bercedo, y que ayudó a entrar en calor.
Un buen día de enduro rozando los limites de la cordura con bajas temperaturas y agua a raudales, la mejor forma de romper con la pereza de cara al invierno que se avecina.
Un saludo y… nos vemos en los caminos.
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