GALARLEIZ 2011 by Javitxu

Este fin de semana nos tocaba una de marchas míticas del norte de la península, la Galarleiz.
A las 6:30 de la mañana ya estábamos desayunando, Javitxu y Jon salieron en busca de Jose Manuel y Diego, que les esperaban en Colindres, y juntos partieron hacia Zalla, Vizcaya.
A las 8:15 los pupas estaban preparándose para la ruta, allí se les unió txefio a esta aventura.
Esta es una ruta lineal, es decir comienza en un sitio, San Pelayo, un pequeño pueblo cercano al puerto de los tornos, y termina en Zalla tras 47 km de ruta (este año la han alargado 5km por si no era lo bastante dura.), y a las 9:00 de la mañana había que cargar las bicis en el camión y coger el autobús.
La salida oficial era a las 11:00 de la mañana, una hora antes ya estábamos en la zona de salida, el sol asomaba tímidamente, la temperatura, bastante fresca y un viento bastante fuerte que hacía presagiar lo peor, aunque después de toda la noche lloviendo no nos podíamos quejar por el tiempo.
Tras la espera de una hora por fin nos llamaban a línea de salida.
A las 11 en punto partíamos rumbo a lo desconocido, un par de kilómetros de carretera a un ritmo bastante fuerte, no hay que olvidar que es una carrera, nos dejaron a los pies del Zalama, el primero de los 12 picos reseñables que hay que subir en esta durísima marcha.
El Zalama no engaña, empieza fuerte y acaba peor, con rampas duras en una continua trialera se va subiendo muy despacio, algunos montados, otros andando tomamos altura hasta llegar al km 7.3, con un primer avituallamiento donde ya nos daban glucosa (poco acertado tomársela tan pronto a mi entender), nada más coronar el viento azotaba con fuerza de lateral, y comenzaba el primero de los descensos por una traicionera campa llena de agujeros que apenas se distinguían y la velocidad que se podía alcanzar era considerable.
Nada mas terminar el descenso nos topamos con la segunda pared, el Lamana, tras el cual pudimos disfrutar de algunos kilómetros de bajada por campas de alta montaña con el viento como compañero y cresteando varios kilómetros. Las vistas eran espectaculares, la montaña de Burgos por un lado, la costa cantábrica por la otra y las nubes amenazando lluvia a toda velocidad chocando contra el cortado que teníamos a nuestra izquierda, es en esos momentos cuando te das cuenta de lo pequeños e insignificantes que somos.
Pronto termina la diversión y nos encontramos con el otro “grande”, el Balguerri, otra larga ascensión, bastante ciclable en su primera parte, con pista pedregosa pero accesible, los ánimos de los montañeros daban las fuerzas que empezaban a escasear, y una parte final de campa durísima, una autentica pared, y aquí fue el primero de los pinchazos de Javitxu, en el alto cambió la cámara y continuó la ruta.
De nuevo cresteando, se va negociando a duras penas el terreno, bajadas trialeras en su mayoría con zonas de lastras y otras más empinadas y técnicas.
A medida que caían los kilómetros, podía verse la forma en que cambia el terreno y los paisajes, las escarpadas cumbres dejan paso a los robledales y pinares, zonas con sombra y mas cubiertas del viento permiten rodar con algo más de velocidad y subir un poco la media de la marcha, y alto tras alto conseguimos llegar al Kolitza, zona de avituallamiento sólido, Javitxu en este punto llegaba bastante justo de fuerzas, el resto de los pupas algo más rezagados pudieron disfrutar de un almuerzo con tortilla y cerveza gracias a los organizadores de la ruta, un trato “algo” especial, ya que el resto nos tuvimos que conformar con barritas y acuarius.
Tras el avituallamiento hay que llegar a la ermita, apenas unos 100mts de dura campa con una pendiente considerable.
Una vez coronado, teníamos por delante varios kilómetros de rápida bajada para ir reponiendo fuerzas para afrontar el ultimo de los grandes picos de la jornada, La Garbea, no tan duro como los anteriores, pero ya con las fuerzas limadas cualquier tachuela se hace puerto, y aquí se produjo el siguiente percance de Javitxu, ya con la trasmisión tocada por el barro partió la cadena, tras una rápida reparación continuó la ruta, el resto de los Pupas, a su ritmo continuaban haciendo kilómetros.
Tras una serie de rápidos descensos, con algún repecho de por medio, por fin nos topamos con la temida campa de Martintxu, una autentica animalada, una pared de más de un 30% con la bicicleta a cuestas que se hace eterno, paso tras paso parece que no vas a llegar nunca al final, y si lo haces, es por que sabes que es lo último antes de llegar a meta.
Tras este ultimo esfuerzo, apenas quedan 4 kilómetros de bajadas por pistas hasta llegar a Zalla.
La entrada en meta es un autentico alivio, ya que esta prueba es exigente físicamente como ninguna y terminas completamente molido.
Tras dar buena cuenta del avituallamiento final y reponer fuerzas, los Pupas iniciamos el regreso a casa, no sin antes parar a tomar unas cervezas de camino.
Una gran marcha con una gran organización, un gran trazado, una marcha que todos debiéramos hacer o sufrir, según se mire, una vez en la vida. Cierto es que 41 euros es mucho dinero para una marcha, pero viendo el despliegue que tienen que realizar, justifica, si no todo, gran parte del precio de esta inscripción.

No se si la haré de nuevo, por lo menos el mismo día de la marcha, pero me quedo con las ganas de pasar de nuevo por esos paisajes.